Nos ocurrió una cosa que ahora puede parecer graciosa, pero que en su momento no lo fue para nada. No era época de lluvias, hacia buen sol, y decidimos pintar la casa de verde. Lo hicimos en dos dias. El primero pintamos la parte superior y el segundo la inferior, pero al rato de terminar, cayó una tormenta fuertísima y se nos llenó la montaña de rios de color verde.
La casa quedó pintada a medias, y así la dejamos por bastante tiempo, hasta tener la confianza en que el sol iba a durar al menos unos dias.